Cubierta del libro 'Adictos al like', de Lorena Rivero

Cubierta del libro 'Adictos al like', de Lorena Rivero

Lorena Rivero, autora de 'Adictos al like'

Lorena Rivero, autora de 'Adictos al like'

9 de octubre de 2024

CUANDO LA NECESIDAD DE VALIDACIÓN HACE DEL BOTÓN “LIKE” UN ARMA DE DOBLE FILO

LA INGENIERA CANARIA LORENA RIVERO BENÍTEZ PRESENTA EL DÍA 10 DE OCTUBRE EN LA BIBLIOTECA INSULAR SU LIBRO ‘ADICTOS AL LIKE’, UNA GUÍA QUE AYUDA A DETECTAR LAS ADICCIONES A LOS DISPOSITIVOS MÓVILES Y LAS REDES SOCIALES

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Cubierta del libro 'Adictos al like', de Lorena Rivero

Cubierta del libro 'Adictos al like', de Lorena Rivero

Lorena Rivero, autora de 'Adictos al like'

Lorena Rivero, autora de 'Adictos al like'

Hay muchos especialistas y expertos que admiten que es frecuente que las personas confundan un simple ‘like’ con afecto verdadero, lo que puede llegar a influir negativamente en su salud emocional. Fue en 2009 cuando Facebook introdujo el botón de “me gusta” para fomentar entornos de empatía y bondad, pero intereses económicos y la necesidad de la validación lo han convertido en un arma de doble filo.

El día 10 de octubre, a las 18:30 horas, en el salón de actos de la Biblioteca Insular de Gran Canaria, la escritora e ingeniera canaria Lorena Rivero Benitez, presenta su primer libro, ‘Adictos al like’, una obra dirigida a los padres donde analiza las consecuencias de la obsesión por el teléfono móvil y la búsqueda constante de aprobación a través de los ‘likes’.

Lorena Rivero, ingeniera técnica de telecomunicaciones, lleva más de veinte años impartiendo formaciones en academias, empresas y actualmente se desempeña como docente de Tecnología en Educación Secundaria, por lo que tiene un estrecho lazo con los adolescentes y las tecnologías. Adelanta que “el uso de los dispositivos de manera adecuada es posible, siempre que se eduque y oriente a los adolescentes”, y su libro ‘Adictos al like’, es una completa guía que ayudará a los padres, madres y jóvenes a detectar si están enganchados al móvil y a las redes sociales.

El uso responsable de la tecnología —ya sea de tablets, ordenadores o teléfonos móviles— debe estar regulado por límites de tiempo, horarios y acuerdos que se cumplan y se mantengan en el tiempo, asegurándose que no interfieran en la rutina diaria. "Que los niños puedan ir a almorzar, que haya una conversación, que salgan a la calle con sus amigos y hagan deporte... Una vida normal. Y si se les dice en un momento que dejen el dispositivo, que no tengan mucha ansiedad ni se pongan agresivos. Esos detalles -no solo verbales, su manera de actuar- son importantes de ir observando", señala la ingeniera. La falta de control en el uso de dispositivos puede derivar en problemas serios, y Lorena Rivero ha sido testigo de numerosas historias que ilustran este impacto y que nos cuenta en su libro ‘Adictos al like’.

“Si tu hijo está constantemente conectado, hasta en el momento de los encuentros familiares, si le afectan los ‘likes’ de sus contactos cuando publica fotos o vídeos, si no habla de otra cosa más que de los influencers, redes sociales, juegos u otros temas relacionados con Internet, dicha situación puede derivar seriamente en su vida diaria con respecto a esa búsqueda constante de reconocimiento”, señala Rivero, que incorpora en su obra historias reales del uso de móviles en adolescentes, así como sugerencias para afrontar “los conflictos que surgen entre los padres y madres y los adolescentes en cuánto a su uso”. Este libro va especialmente dirigido a padres preocupados por la adicción al móvil de sus hijos, desde 7 a 16 años. En este sentido, la autora reflexiona sobre las dudas que tienen los progenitores a la hora de comprar o no un dispositivo móvil a su hijo, ya que temen que no hagan un buen uso del mismo.

Cada vez más personas consumen el contenido que circula en las redes y entre ellas se encuentran usuarios cada vez más jóvenes. La dopamina es la mejor arma para manipular las emociones mediante sistemas de recompensa inmediata como el que hoy nos ocupa, el botón de “me gusta”. De hecho, cuando un usuario recibe muchos ‘me gustas’, la dopamina se dispara y al sentirse recompensado, reconocido y aplaudido, cada vez se engancha más. Cuantos más seguidores y más interacción tenga una persona, más atractivo será su perfil para que agencias y empresas se fijen en él y lo contraten. Un cóctel perfecto para la obsesión: ego, posicionamiento personal o profesional y posibilidad de ganar dinero.