Alejandro Galindo

Alejandro Galindo

Viñetas de Galindo de la obra 'Viento de Levante'

Viñetas de Galindo de la obra 'Viento de Levante'

12 de diciembre de 2018

ENTREVISTA A ALEJANDRO GALINDO. EL AUTOR HABLA DE LA NOVELA GRÁFICA CON LA QUE OBTUVO EL PREMIO EN EL PRIMER CONCURSO NACIONAL DE CÓMIC CONVOCADO POR LA BIBLIOTECA INSULAR DE GRAN CANARIA

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Alejandro Galindo

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Viñetas de Galindo de la obra 'Viento de Levante'

Viñetas de Galindo de la obra 'Viento de Levante'

Desde que Alejandro Galindo obtuviera en 1991 el Premio a la Mejor Historieta Murcia Joven hasta este año en el que recientemente ha obtenido el concurso nacional de cómic, convocado por la Biblioteca Insular de Cabildo grancanario, ha transcurrido un tiempo que le ha permitido ir olvidando progresivamente la alargada y venerada sombra de Andrea Pazienza, cuyo espacio han ido ocupando otros autores como Mattoti, Loustal, Blutch, Gipi, Jorge Gonzalez, Blain, Fior o Mignola, entre otros.

Galindo es el autor de los dibujos y el texto de ‘Viento de Levante’, la obra con la que obtuvo por unanimidad del jurado el primer premio del citado concurso que publicará la editorial vasca Astiberri. Se trata de una historia que el autor tenía anotada en una vieja carpeta de ideas y proyectos desde hace quince años y que se decidió a rescatar al enterarse del mencionado concurso. “¿Qué podría pasar si te levantas un día y no sabes dónde estás ni cómo has llegado a un determinado lugar?... Con esa incómoda e intrigante sensación padecida por un hombre que se despierta en un pueblecito junto al mar se inicia ‘Viento de Levante’, señala el creador que ha ilustrado libros y álbumes infantiles colaborando con editoriales como SRA McgrawHill, Thierry Magnier, Ocean Editions, OQO, Planeta Destino Infantil, Edebé y Oxford University Press, entre otras. ‘Viento de Levante’ tenía necesidad de ser y aunque todavía no ha sido publicado, parece que va por buen camino. Si una novela sale a la luz es que necesitaba existir, tenía necesidad de ser. Espero que guste”, añade.

En aquella carpeta había otras historias pero la intriga y el misterio que anima ‘Viento de Levante’ fueron argumentos decisivos a la hora de intentar renovarla. “Había cosas con las que ya no me identificaba y empezó a transformarse, aunque manteniendo su estructura narrativa original”.

FUERZA Y CORAZÓN

Cuando se le pregunta por el grado de importancia que otorga a la originalidad y a la potencia narrativa de una historia, el creador sostiene que “una historia gráfica debe tener fuerza, potencia…y corazón. Decía don Juan Carlos Castaneda que los caminos tienen que tener corazón. ¿Se puede aplicar aquí, no? Una historia es un camino. ¿Tiene esta historia corazón? Esa sería la pregunta”.

Confiesa que “siento curiosidad por varias disciplinas artísticas y me embarco en cosas muy diversas. Antes de empezar ‘Viento de Levante’ acababa de concluir  un trabajo de ilustración y antes de eso había pintado un cuadro de metro y medio por un metro al óleo. Parece que doy vueltas, que no voy a ningún sitio, pero poco a poco voy teniendo más claro lo que quiero hacer y como lo quiero hacer. Me gusta seguir aprendiendo. Conozco mis límites e intento disfrutar por el camino”.

Al referirse a la editorial bilbaína Astiberri fundada por Fernando Tarancón, que desde hace más de 15 años viene obviando los prejuicios que tradicionalmente han pesado sobre la historieta en España reafirmándose como referente de la novela gráfica, emplea una concluyente realidad: “empezaron comprando derechos de autor al extranjero y a día de hoy es Astiberri quien los venden fuera. Se ha vuelto un sello de marca en el contexto del cómic español. Está claro que apuestan por creadores nacionales y que su línea editorial está supeditada al notable peso literario de las obras, al mimo y la atención que prestan a la publicación de las mismas”.

Confiesa que los dos últimos ejemplares que ha leído han sido ‘La estrella lejana’, de Daniel Torres y ‘Los ogros”, de David B. y Blain. “Si vivimos una explosión creativa de novela gráfica en España será porque existen personas que necesitan contar historias de esta manera y además hay otras que tienen necesidad de leerlas”, advierte Javier Galindo, que rememora su infancia leyendo tebeos de ‘Los cuatro fantásticos’ de Marvel. “Me hice adicto, los necesitaba. Cuando llegaban las vacaciones mi padre me compraba uno a diario. Estos eran de Bruguera. Leía muchísimo. Fue el germen de todo. Alguien o algo deben alimentar tu afición. Ese algo perfectamente puede ser una biblioteca pública, como la del Cabildo, que tengo entendido que mantiene una línea definida de apoyo al comic y sus usuarios seguidores”.

“Aquí lo normal antes era publicar primero en Francia o en otro país europeo para que más tarde una editorial española comprara los derechos de autor a esa editorial extranjera que permitiera publicar el cómic en nuestro país. Ahora parece que podemos ser nosotros los dueños de nuestro destino. Si alguien no se ha enterado todavía que vaya tomando nota”.

De cine de los pobres a literatura contemporánea. ¿Qué posee la novela gráfica como producto que lo hace tan atractivo generación tras generación? “El sustento gráfico”, prosigue Galindo. “Independientemente del estilo se incorpora un arte al acontecimiento de leer. Lees, y al mismo tiempo, saboreas cuadrito tras cuadrito, la interpretación de un artista”, señala.

Al autor según el trabajo que esté acometiendo en ese momento le seduce entregarse al mismo en un espacio u otro de la casa. “Me gusta dibujar en el sofá del salón, que ya se ha convertido en una extensión del estudio. La familia está por ahí alrededor y si están viendo la tele yo la oigo como si fuese la radio. Me gusta un poco participar de ese jaleo para dibujar y me siento integrado en el estrépito de la familia. En el estudio tengo el ordenador y los pinceles y ahí me gusta trabajar con música. Para pensar lo que voy a dibujar o para escribir necesito silencio, y lo hago cuando todo el mundo se ha acostado o no se han levantado todavía”.

Recomendaciones de Galindo

Un clásico: ‘El cometa de Cartago’, de Chaland. “Una maravilla”.

Un contemporáneo: “Ve de excursión a una tienda de comics y explora sus estanterías. Busca un autor que te llame la atención y arriésgate a comprarlo. Sin miedo”.